En el mes de Mayo, en Copenhague, Bs As obtuvo la más alta calificación que se le pueda otorgar a una ciudad donde están todos enfrentados contra todos, tratando de que sólo le vaya bien a uno mismo.
Ulrik Andersen, presidente del prestigioso ente llamado Rygte -que en danés significa rumor- contó detalles de este galardón que nació dos décadas atrás, en clara señal de protesta hacia los políticamente correctos premios Nobel otorgados por la Real Academia Sueca de Ciencias y el Comité Noruego del Nobel. «Estamos muy orgullosos de entregar esta estatuilla de manera ininterrumpida hace 20 años, por un jurado de notables que mide distintas variables. Si la Ciudad nominada no tiene un mix de miseria humana + egoísmo crónico + ganas de que le vaya mal al otro + un deseo irrefrenable de contar mentiras con tal de generar caos en la sociedad, no se puede empezar a hablar de nominación. Y si a esta ciudad le sumamos el Gran Buenos Aires, cumple de sobra con dichos requisitos. Dado que concentra la mayor densidad de peronistas por metro cuadrado«.
A Horacio Rodríguez Larreta la noticia lo tomó por sorpresa mientras corría muy temprano este viernes por el circuito que comprende la Facultad de Derecho, el Museo de Bellas Artes, el ACA y la Televisión Pública. Uno de sus colaboradores más cercanos le envió un mensaje vía Whatsapp muy escueto que decía «No sé si festejar o ponerme a llorar«, acompañado de un link del prestigioso Wall Street Journal, que tituló en la portada de su edición impresa con un contundente mensaje «A Big Quilombo«. El Jefe de Gobierno de la Ciudad por lo general no se inmuta por nada, pero esta vez bajó el ritmo, se puso a caminar para chequear su celular y masticó en voz baja alguna que otra frase. Los pocos testigos que se encontraban cerca suyo, dicen que la más dura tenía un sólo destinatario «Antes de irme de este bendito planeta me voy a afiliar al PJ, así ayudo a que haya menos peronistas«.
Ulrik Andersen es una leyenda en su país. Y como toda leyenda, tiene tantos seguidores como detractores. Más que nada, por su manera frontal de decir las cosas. «Cuando me preguntan por Argentina en el resto del mundo, les digo que se trata de un país donde pareciera que robar no está penado por la ley. Donde ex presidentes flojos de papeles asumen como senadores para esconderse detrás de los fueros así no tienen que ponerse el traje a rayas. Ex mandatarios que incluso crecen en las encuestas apañados por una legión de gente humilde que añora el pescado en la mano en lugar de una caña para valerse por sí mismos. Obviamente se trata del mismo país habitado por gente talentosa, emprendedora y trabajadora que es un ejemplo en el mundo. Pero es una pena que las cámaras y las luces se las terminen llevando estas noticias que atrasan, en lugar de las otras. Finalmente son las que generan una serie de rumores que terminan rompiendo lo construido con tanto esfuerzo«. Está claro que Ulrik entiende que el morbo vende y que eso forma parte de nuestro ADN. ¿Y nosotros? ¿Si nos dieran a elegir que elegiríamos? ¿Un país más aburrido, que esté a la altura de las circunstancias? ¿O esta montaña rusa que no conduce a ningún lugar normal?.
«En sociedades avanzadas, lo importante es la opinión del otro. Por algo muy sencillo: en el registro del otro está la definición de uno mismo como persona. En cambio, la Capital Mundial del Rumor está fundada sobre el agravio y la inmensa capacidad de hacer el mal, generando operaciones políticas cruzadas, falsas noticias que agitan el caos en la gente de a pie que transita la vida con temor, en la opinión pública que moldea el malhumor y en los mercados, siempre atentos a llenar sus bolsillos con la suba y la baja de una acción, de una divisa extranjera o el precio del tomate perita» dispara Ulrik, casi sin piedad. Aunque aún le quedan más balas. «En el caos, los que tienen dinero mandan por sobre el resto, compran voluntades. Pasa con el narcotráfico, que prende en las capas más humildes y algo similar sucede con los políticos que se enriquecieron en la función pública, aquellos capaces de evitar la cárcel comprando Jueces que están en oferta en una góndola«. Lapidario lo de este danés.
Fuente: Nota publicada en InfoBae