Especialistas de la facultad de Veterinaria de la UNLP, junto a ganaderos y frigoríficos de nuestra región, iniciaron una tarea conjunta para mejorar la carne argentina, en una experiencia de colaboración que puede marcar importantes rumbos.
La piedra angular de esta alianza científico-empresaria es la capacidad de análisis genético desarrollada en la facultad local, que permite orientar con precisión el cruzamiento del ganado para acentuar las características de carne que más se demandan.
«Cada mercado -explicó la bióloga platense Pilar Peral García- tiene sus preferencias en cuanto a terneza, contenido de grasa, color y sabor; e identificando los genes que determinan las características deseadas, podemos programar las cruzas que más convienen».
La científica dirige en la facultad de Ciencias Veterinarias el Servicio de Diagnóstico Genético en Animales Domésticos (GAD), en el Centro de Investigaciones en Genética Básica Aplicada (Cigeba), donde se efectúan los estudios. La bióloga viene trabajando en esta especialidad desde hace muchos años y fue autora, a principios de los años 90, de las primeras tesis sobre características del ganado criollo bovino y equino.
«La calidad -graficó Peral- tiene componentes genéticos y también nutricionales y ambientales, pero hasta ahora estos últimos eran los únicos factores considerados. Ahora trabajamos con algunos frigoríficos, como el de Gorina y otras asociaciones de criadores, pero estamos lejos aún de Australia, por ejemplo, que tiene todos los animales en producción tipificados y sabe qué cruzas hacer para vender crías a cada mercado».
El salto de calidad
En el país se venían haciendo análisis genéticos, pero el salto de capacidad se dio en octubre del año pasado, cuando el Servicio de Diagnóstico Genético en Animales Domésticos de la facultad platense adquirió un pirosecuenciador, el primero de América latina, capaz de tipificar 400 muestras por día y detectar variaciones muy pequeñas en la secuencia de ADN.
El aparato fue adquirido en cumplimiento de un convenio entre la facultad y el ministerio de Justicia de la provincia de Buenos Aires, para que el GAD colaborara en la lucha contra el abigeato.
Así equipado, el GAD puede resolver casos de cuatrerismo aportando pruebas científicas de identificación de animales, y a la vez desarrollar un banco de datos genéticos de los rodeos como prevención.
En 2001 hubo un intento de iniciar un proyecto de este tipo entre universidades, organizaciones de criadores, laboratorios y organismos científicos estatales, pero naufragó en la crisis. No obstante, alcanzó a hacerse un relevamiento de una consultora nacional para determinar qué mercados eran más abordables para la oferta argentina, que demostró su utilidad.
«Quedó claro, por ejemplo, que los mercados asiáticos quieren carne con poca grasa», destacó Peral.
También resultaron de utilidad los métodos desarrollados por el GAD para identificación de individuos, y para reconocer los genes que rigen patologías de origen genético, para así evitar su trasmisión cuando estuvieren dañados.
Así, los profesionales platenses del GAD, que tienen el máximo grado académico en esta área, resolvieron más de 100 casos de abigeato para el Poder Judicial bonaerense.
Además, el mes pasado, el servicio firmó un convenio con la Federación Cinológica Argentina para resolver casos controvertidos de paternidad de perros de raza y otorgar aval científico a los pedigrees.
«Otra aplicación -explicaron- es determinar la composición de alimentos balanceados, por ejemplo para descartar que contengan carne vacuna, un aspecto crítico desde la aparición del mal de la vaca loca».
Fuente: El Día, La Plata