La nave espacial Soyuz TMA-7, con el primer astronauta brasileño, Marcos Pontes, y sus compañeros, el estadounidense, William McArthur, y el ruso, Valeri Tókarev, ha aterrizado exitosamente en la Tierra, después de permanecer ocho días en Estación Espacial Internacional (ISS).
Según informó el Centro de Control de Vuelos Espaciales de Rusia, el aterrizaje se produjo a la hora y en el lugar previstos, a unos 58 kilómetros al noreste de la localidad de Arkalyk, en las estepas centroasiáticas de Kazajistán.
«De acuerdo a las informaciones telemétricas, el aterrizaje se produjo justo en el lugar previsto. Los informes señalan que el estado de salud de los astronautas es normal», declaró un portavoz del Centro, situado a unos 15 kilómetros al norte de Moscú.
Un total de 38 naves aéreas, entre aviones y helicópteros, efectúan la operación de rescate, que va desde el seguimiento de la nave desde su entrada en la atmósfera y hasta su ubicación en tierra, transporte de médicos y expertos, y posterior evacuación de los astronautas.
Desde la sala principal del Centro de Control, en cuyas pantallas gigantes aparecen las imágenes y datos de telemetría, siguen la operación el jefe de la Agencia Espacial Rusa Roskosmos, Anatoli Permínov, y el director de la NASA norteamericana, Michael Griffin.
De acuerdo con los convenios establecidos, la primera asistencia médica a los astronautas será prestada por los especialistas del país en cuyo territorio aterrizaron.
Sin embargo, pese a que el aterrizaje se realizó en Kazajistán, serán los médicos de Roskosmos quienes desplegarán un hospital en el lugar donde tocó tierra la nave y realizarán un a revisión preliminar de los astronautas.
A bordo de la Soyuz, lanzada al espacio el 30 de marzo, junto a Pontes viaja la 13ª tripulación permanente de la Estación, ISS-13, integrada por el cosmonauta ruso Pável Vinográdov y el astronauta estadounidense Jeffrey Williams.
Vinogradov y Williams han relevado en la ISS a la anterior tripulación permanente, ISS-12, integrada por Tokarev y McArthur, quienes se encuentran en el laboratorio orbital desde el pasado mes de octubre.
La misión ‘Centenario’, que desarrolló el astronauta brasileño, incluía nueve experimentos científicos y tecnológicos en bioquímica, termodinámica, cinética de enzimas, cristalización de proteínas, semiconductores y difusión térmica.
Fuentes no oficiales indican que Brasil pagó por su vuelo unos 20 millones de dólares y también se informó que este año la NASA pagará por dos vuelos de sus astronautas en naves rusas unos 40 millones de dólares.
Fuente: elmundo.es