El 23 y el 24 de abril de 1918, casi al final de la Primera Guerra Mundial, se desató el terror contra todos los representantes del pueblo armenio, fusilados, masacrados impunemente y llevados al desierto para que se murieran de hambre y de sed. Los dirigentes del Imperio turco que muy pronto se desmembraría para siempre practicaron el genocidio calculado, la matanza colectiva de más de un millón de personas (algunos cálculos agrandan esa cifra). ➺seguir leyendo…