Se ha instalado y crecido al amparo de discursos que la aseguran inocua. Se dice, de la marihuana, que no genera adicción, que es menos tóxica que el tabaco y que hasta puede resultar beneficiosa en algunas circunstancias. Tres «mitos» que gozan de una controvertida aceptación social y que la ciencia médica refuta a rajatabla. «Nada más alejado de la realidad«, enfatizaron desde la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar) al difundir que uno de cada cuatro pacientes en tratamiento en centros dependientes del organismo esteban siendo rehabilitados por adicción a la marihuana. Pues bien: una flamante investigación, realizada en Nueva Zelanda, asegura que su uso persistente, sobre todo en adolescentes, deteriora significativamente y de forma irreversible las funciones cerebrales. ➺seguir leyendo…